lunes, 28 de julio de 2008

Mi Colectivo Existencialista

La maquina del Colectivo, pregunta:

Indique su destino, una pregunta bastante existencial para una maquina de colectivo, tan directa

tan profunda, tan efímera, porque la señora de atrás ya la sabe, noventa centavos, hasta ahí
le llega su destino, (yo todavía atónita a la sorpresa aún no contesto) un destino de noventa centavos amerita?, que? y uno de 1.20, al parecer el mejor de todos es el de 1.50. Pero entonces si el colectivo nos pide que le indiquemos nuestro destino, las maquinas de café podrían preocuparse por nuestra dieta y ofrecernos de vez en cuando un jugo o un buen licuado y ya que estamos los cajeros electrónicos podrían comentarnos como el dinero no hace a la felicidad e indicarnos algunos de los paraderos posibles en donde la podamos encontrar, digo, para que de ultima sea mas fácil contestarle a la maquina del colectivo cual es mi destino, porque todavía sigo pensando y la vieja de atrás (por que ya asume la categoría de molesta) me esta empezando a mirar con mala cara (pero a lo mejor no es molestia de mi parte sino un poquito de envidia porque ella ya conoce su destino, 90 centavos, como bien fuerte y claro le dijo el colectivero). Quien sabe, talvez sera por resignación o por selección cultural ó tal vez POR ELECCIÓN PROPIA y si lo es oh!! es tan afortunada pienso yo, mientras me bajo del colectivo no sea cosa que me lleve por mal camino ó mejor dicho destino...

Un pequeño homenaje a Cortázar y a su única manera de ver la realidad...ojala este a un poquito de su altura.


domingo, 27 de julio de 2008

centrífugo ineludible

Si acaso hubiera un algo que oscureciera más que yo las entrañas de mi mismo, le construiría un árbol centrífugo. Uno que arrasara con todas las nubosidades paquidérmicas que, mounstrosas como son, me aplastan y ensombrecen cada pestañear que mi condición física me obliga a emular.

Este árbol tendría que superar el torcimiento natural de todo árbol. Podría sin embargo ramificarse al infinito y dar hogar a ínfimas aves invertebradas de plumaje cosmogónico, que con cada aleteo tornaran las aguas remolinos inmensos, tersos y azules.

Podría subsistir cualquier hombre de sus frutos siempre maduros, de su néctar que cae siempre en forma de elixir, sempiternamente.

Pero resulta que no existe ese algo, que constantemente mi ser es Uróboros y que ésta atragantada circularidad se devoraría el árbol entero, completo con aves y todo, con ramas y muescas y raíz y esperanza y todo.

Resulta que al final soy bastante iluso, que mi construcción de una línea que atraviese todo punto sin flexionarse en algún momento es tan solo la consecuencia enferma de algunos cuantos años de sentirse univoco, definido, individual, teleológico. Mentira más grande que la del telón que cae, que hace salir a los actores y que hace que los aplausos sean un reflejo de la adecuada representación, soy yo.

Viene a verse que uno se muerde los pies pensando que muerde y remuerde al otro (figura imponente, impresionante, con O mayúscula), sin pensar que su Mayúscula nos absorbe, que oscurece nuestras entrañas. Si acaso hubiera un algo…

viernes, 25 de julio de 2008

Todo

"Los muertos no necesitan
aspirina o
tristeza
supongo.

pero quizás necesitan
lluvia
zapatos no
pero un lugar donde
caminar.

cigarrillos no,
nos dicen,
pero un lugar donde
arder.

O nos dicen:
espacio y un lugar para
volar,
da
igual.

los muertos no me
necesitan.

ni los
vivos.

pero quizás los muertos se necesitan
unos a
otros.

En realidad, quizás necesitan
todo lo que nosotros
necesitamos

y
necesitamos tanto
si solo supieramos
que
es.

probablemente
es
todo

y probablemente
todos nosotros moriremos
tratando de conseguirlo

o moriremos

porque no
lo
conseguimos.

Espero que
cuando yo esté muerto
comprendan

que conseguí
tanto
como
pude."



Charles Bukowski (EE.UU. 1920-1994)

Amor...

..concebí el lugar de mi amor.
Así, permito que en tu voz
mi corazón sienta los labios.
Alejando Tinieblas.
Amándonos,
ciegos los dos.

Tus ojos; el brillo
me eleva en mar de fuego.
Tus labios húmedos
producen en mí la sal de tu sed.
Bebiéndome, llego a extremos.
Haciendo arder tus valles,
ciegos.

F.V.

jueves, 24 de julio de 2008

La casa

¿Qué habrá encerrado en esas paredes? Lamentablemente nunca pude saberlo. Jamás me abrieron las puertas ni me invitaron a entrar. Sé que muchos en mi misma situación se cuelan por alguna ventana y terminan entrando. Los veo reírse de mí con ironía pero no me gusta sentir que estoy asaltando a nadie. Prefiero más bien creer que estoy siendo bienvenido.
Jamás le toqué el timbre ni empañé con mi respiración alguno de sus vidrios. De hecho nunca pude pasar del jardín de adelante. Desde allí admiro su belleza exterior. La pintura, la arquitectura, el estilo. He realmente intentado merecer ser invitado a entrar, pero debe tratarse de un lugar muy exclusivo. ¡Hay quienes entran tan fácil! ¿Será que han nacido con credencial incluida?
¿Tendrá habitantes? ¿Tendrá fantasmas?
¿Habrá amor? ¿Habrá odio?
¿Hará calor? ¿Hará frío?
¿Será acogedora? ¿Crujirá el piso?
Lamento no haber logrado esclarecerlo. No me culpen. No se rían. Jamás me abrieron las puertas ni me invitaron a entrar. En la noche eterna de mis días espero sentado, haciendo desesperadas señales cada tanto, el momento feliz en que por fin me sea permitido develar el misterio, mi único deseo.

lunes, 21 de julio de 2008

Padre nuestro que estás en algún lado

Siempre creí que el hombre no podía creer mas que en si mismo. Es cierto que es mucho más tentadora la idea de un viejo simpático que se suicida para liberarnos, o de un grupejo de sujetos iguales a nosotros (con la excepción de su cualidad divina) en quienes depositar la causa de todos nuestros males. Pero el destino quiso que prefiriera las cautivantes ficciones de Stephen King antes que el libro de Pedro. La genealogía de esta especie de enfermedad que llaman ateismo reconozco no comprenderla. Solo se que me aqueja desde la cuna misma.
Ahora bien, el concepto ateísta supone una no creencia en Dios alguno, es decir, es un proceso de selección: no creo en esto en oposición a otra creencia. El problema radica ahora en encontrar aquello en lo que si creo. Podría pensarse el arte por ejemplo, el reemplazo divino por excelencia. Sin embargo me resulta un tanto difícil creer ciegamente en algo cuya esencia es la mentira, el artificio, la pura ilusión. No es que no me agrade, todo lo contrario, pero la idea de que sea un motor de existencia me resulta ridícula. ¡Entonces? Puedo depositar mi fe en la familia, los amigos, un gran amor…jajajajaja. No, relaciones efímeras, mas falsas cuanto más verdaderas. Es entonces cuando descubro que el hombre camina ciego por la vida, rodeado de hermosas personas para descubrirse solo a la salida del laberinto y morir así con las vendas en la mano.
La idea de creencia supone en mi un claro conocimiento, y una infinita confianza por tanto, en aquello en lo que se cree. De ahí que un día ya olvidado me descubrí a mi mismo como mi verdadera creencia. Supuse conocerme, por lo que supuse confiarme. Soy el orgulloso dueño de mis victorias y fracasos, soy el hombre verdadero. Puedo desconfiar de todo, puedo mandarlo a la mierda, en última instancia estará mí ser, mi protector.
Curiosamente el día que estaba encendiendo las velas del altar con mi gigantografia tuve una súbita revelación. Descubrí que no soy menos artificioso y falso que cualquier obra de arte. No soy un invento diferente a cualquier divinidad. Soy solo uno de tantos idiotas que, refugiados en un hermoso cuento de hadas, permanecen ciegos durante toda su vida.
Descubrí entonces que ya no era un ateo. No solo no creía en Dios sino también en su antitesis, es decir en mi mismo. Fue entonces cuando me descubrí igual al creyente, confiando absolutamente en la ilusión. La diferencia radica en que el creyente cree en esa ilusión como verdad y yo…en esa verdad como ilusión.
Levantemos de una vez por todas el altar de la nada. Corramos hacia una iglesia de paredes vacías. Oremos sin palabras. Talvez llegue el día en que encontremos un verdadero Mesías, una verdadera divinidad. Quizás levantemos ese día el estandarte del hombre verdadero. Quizás mi escepticismo me desmorone antes de poder verlo.

sábado, 12 de julio de 2008

Mirar a nuestro alrededor como la mejor forma de mirarnos a nosotros mismos

El escritor no sabía qué escribir. Pensaba, reflexionaba, recordaba… intentaba meterse lo más adentro suyo posible para a partir de eso soltar alguna frase que sirviera como disparador, pero todo convergía irremediablemente en el punto cero, esa nada a partir de la cual los tres ejes de nuestra realidad palpable ponen en su lugar al todo que la rodea. A la espera de esa idea que lo tomara por asalto, adaptó una letra que florecía de un viejo grupo de neuronas perdidas en algún lugar de su cerebro y se ordenó “tomá una canción triste y mejorala”.
En la reformulación de lo ajeno encontró para su sorpresa lo mismo que tenía adentro. Los mismos miedos, los mismos sentimientos, las mismas debilidades, el mismo convencimiento. Todos seres hechos de lo mismo. Todos seres parametrizados a partir de los mismos principios. Seres que aman, odian y se abstienen de forma tan cercana, aunque después se miran como si se tuvieran miedo y se avergüenzan e incomodan ante aquella coincidencia de espacio-tiempo que debieran celebrar, llenándola de códigos y pasos a seguir que quitan espontaneidad y vuelven exitosos a los mejores actores, y fracasados a los más sinceros.
Al dibujar el llamado punto final, el resultado había sido una mera autobiografía. Su texto estaba listo para ser absorbido y reformulado por quien lo leyera, así como hacemos con cada palabra que escuchamos y que conforma en su reflexión lo que consideramos propio.

viernes, 11 de julio de 2008

Alucionación nro.3

Qué tendrá esta cerveza.
Veo la conversación a mi alrededor, oigo los cuerpos que me rodean, huelo los perfumes, los cigarrillos y las transpiraciones con las que muchos se comunican.
Tengo que ir al baño.
Me levanto y al hacerlo no sé si debo decírselo a mis compañeros de mesa o no. ¿Será maleducado irse sin decir nada? ¿y si por el contrario queda desubicado decir “voy al baño”? Después de todo, decir voy al baño es como obligarle al otro a imaginarse lo que uno irá a hacer al baño, aunque es una cosa naturalísima y no tiene importancia. Además, si no aviso, ¿A qué otro lugar estaré yendo? Nadie interpretaría otra cosa a menos que tarde mucho en volver, por lo tanto no es necesario decir que voy al baño.
Antes de empezar a caminar ya había dicho que iba al baño y mis compañeros de mesa habían mirado sin decir nada, cada uno siguiendo con su conversación y vaso respectivos. Un buen ejemplo de lo que me pasa en mi vida cotidiana. Qué importa si total la escritura justifica mi soledad y que nadie me escuche ni me quiera. Qué importa si total un par de botellas más y me tambalearé y seré capaz de hacer cualquier cosa, pudiendo después echarle la culpa al borracho y borrarme del mapa.
Mientras camino veo las luces que se mueven para todos lados. ¿Es acaso tan necesario que se muevan tanto? Además tienen un color blanco como de mesa de operaciones de hospital, y como están muy direccionadas, contrastan con la oscuridad del lugar. Parece que quisieran apuntar a alguien pero no lograran encontrar a la persona indicada. Tampoco lo van a lograr si se mueven tan rápido. Es imposible reconocer a alguien con tanta rapidez. Aunque por supuesto que teniendo la luz una velocidad enorme quizás sí lo logre, a pesar de que a la lentitud humana le parezca imposible. De todas formas evidentemente todavía no lo ha hecho porque se sigue moviendo. Por las dudas mejor caminar rápido, sin importar empujar a quienes están a mi alrededor, porque si la luz me está buscando a mí me fulminará.
Llego al baño y veo el mingitorio. Lo examino un rato, y ante mi duda otro hombre se me acerca y me pregunta.
- ¿Vas a mear o te vas a quedar mirando?
El mingitorio bien podría ser la cabeza de un dragón que está esperando con la boca abierta para que al empezar a orinar la cierre de un golpe y me arranque el miembro. Prefiero dejarle el riesgo a otro y volver a mi mesa. Con los dragones no quiero tener nada que ver. Mejor ir y mearle el árbol a alguien.

lunes, 7 de julio de 2008

VIAJANDO EN UN VIAJE

Llegue a un lugar donde el sol no brilla,

el agua es seca y el fuego enfria


Constelaciones de colores

creación sin creador

profundidad
sin dimensión.

Katastrofes.

Hoy vi un temblor en mi país.
Veia que el mar tomaba de los cuerpos,
el error...
la maldad...

(el hombre llama a su Dios)

Son tan altas las olas
(brillantes en el aura),
que anuncian el trueno.

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En el aire los dientes del Régimen.
Flotando los niños de hambre.
Sin dientes.
Régimen.

Vampiros en nuestras sombras.
Que quieren transformarnos.

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No. En mi cuerpo no esta tu dios.
Y no hay porque dejar que quiebres mi sangre,
mi cuerpo.

No, el viento baila sin temor,
un trueno nos divide,
pero la lluvia va a lavar.

Hasta el fin.



El rumor que ahora mismo va a salir.

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Hoy vi un temblor,
las sillas de los cuervos volaban sobre él.
Él, trantando de huir, al sur.
Su sur.

Son tan grandes sus joyas,
que el peso no lo deja huir.

.....
....
...
..
.

Cuentan que en un mar, descansan.
Amargas sus joyas.
Cansadas del mar.
Rabiosas en el mar.

Son tan altas las olas...

F.V.

miércoles, 2 de julio de 2008

Cascada

Cascada
No se te ocurra cambiar tu rumbo
la fascinación de las jóvenes
la envidia de los fuertes
los flashes de las cámaras
las buenas y malas compañías
todo se irá sin tu salto riesgoso
tu irresponsable caída
tu irrespetuoso salpicar
el muro de piedra que hoy te hace brillar
pasará a vedar el antojo de tu camino
y los cuerpos desnudos en tu agua
darán su lugar a manos rugosas
que blasfemando lavarán las ropas
que sólo en soledad vestir puedan

cascada no vires tu rumbo
cascada, que ni se te ocurra