domingo, 29 de junio de 2008

soliloquio

¡o-io!

De vos pende un hilo/ pesado
de no pensar en/ nada/
plétora de hastío.

No sucumbas/ a tus muchas
lenguas/ ciertamente
remedos, parodias.

En la horca el punto/ una vez
más/ sobrevivirá la línea/
por todo fantasma.

Sé hipnosis/ brumalás las
páginas/ de cero
a cero.

Y no te aflijas,
¿oís,
o-io?

Podemos renunciar mañana.

viernes, 27 de junio de 2008

. . . . . . . . .. .. .. . ..................

A mi amante:

No se trata de una coexistencia, de una reciprocidad, de entendimiento mutuo. Claro que no es eso. Es una especie de delirio racional que idiotiza, nos vela, transfigura la visión. No es que no este enamorado de ti, el problema radica en que ya no creo en el amor. O por lo menos no como vos lo entendes. Creo en el egoísmo del hombre, en su ansia de poder, de dominio, en su natural hipocresía. El hombre sincero es el Mito por excelencia que mantiene la sociedad estable.
El único propósito de esta carta es hablarte por vez primera sin mascaras, sin el entramado de ilusiones que creo a diario contigo, con todos ellos. Lamentablemente ya no conmigo mismo, o quizás ya no en el mismo grado. Si he elegido este medio para hacerlo es porque frente a ti bastaría mi rostro para mentirte una vez más. No es que todo haya sido precisamente una mentira pero todos aquellos hermosos momentos, las palabras mas acogedoras, forman parte de una memoria ficticia, clasificadora. Una memoria que me engaña incluso a mi mismo.
Nunca mi vida dependió de vos, así como la tuya nunca de mí. Sólo fuiste una función. Un mero elemento dentro de mi entramado ilusorio. Nunca fui feliz cuando vos lo fuiste, solo cuando llenabas mi vació de infelicidad. Tu llanto podía lograrlo de hecho. No trato de decir que nunca me importaste, simplemente que lo hacías en la medida que complementabas aquello que el interés en mi mismo demandaba.
No me culpes por estas palabras. Me odio por esto así como también te odio a ti. El hombre es un ser que no merece mas que el odio. No somos más que un montón de artistas dedicados más a la conservación de su imagen que a su trabajo. Y talvez ese sea realmente nuestro talento, el engaño. La creación constante de múltiples sujetos en donde el verdadero ser pueda mantenerse resguardado.
No creo que puedas entenderme. Seguramente ya estarás llorando desconsolada entre las sabanas o bien quemando este papel con indiferencia, no lo se. Pero quiero que trates de entender esto: cuanto mas crece el amor, la felicidad, las utopías y tantos otros analgésicos, más rápida es la muerte del verdadero hombre. Y es lo único que quiero agradecerte hoy, en este final. Gracias por ayudarme a morir.

domingo, 22 de junio de 2008

El limite del absurdo o el absurdo del limite o algo asi...

Papeles, restos detrás de la cortina
Cenizas derramándose
sobre las sombras transeúntes

La música abrazándome desde el interior. Un poco de Jazz doblando por la calle Defensa perturbando la calma de los rostros lúgubres de plaza Dorrego. Algo así como una figura femenina sentada a mi izquierda, quizás esperando, si, quizás. No emito palabra. Talvez lo suponía cuando salio a mi encuentro en el balcón.
Sujetaba el vaso con firmeza mientras calaba silencioso el quiensabequenumero de cigarrillo tenia prendido. Serian las tres, las cinco. Si, supongo que si. Las cuatro.

Las horas me abandonaban
..............se extinguían junto a mí
......entre las voces del a
...........................................bis
.....................................................mo

Debo aferrarme a esta jaula de concreto

Mi mano danzaba acompañando al saxo que me transportaba hacia aquella luz. Esa hendija en la pared del balcón que me enfrentaba. Despidiendo melodías atravesadas por gritos de jóvenes extasiados de alcohol. Ebrios de conciencia. Termine el vaso de whisky de un solo trago, suspire decepcionado. Si. Ahí estaba, después de todo, el mismo cuadro sobre distintas paredes.
Aproveche el verlo fascinado con la banda para darme a la fuga. Un giro repentino, sobrevolar suavemente las escaleras y allí, nuevamente, descubrir la calle. Mi mirada, ya un tanto perdida, se empeñaba en fundirse con ojos vacíos, miradas indiferentes, bruscos giros de mujeres hermosas. El rechazo hacia mí, hacia ellas. En fin.
La imagen nocturna del antiguo barrio lejos estaba de ser decepcionante. Claro está en sujetos que poseen un horizonte más amplio de estados anímicos. La plaza a media luz albergaba la más variada música, los sujetos más complacientes, y edificios altamente pintorescos. Esta bella variedad, junto al más hermoso contraste de seres dionisiacos promulgan una poética difícil de expresar. Si hoy puedo convertir la experiencia en poesía, palabras, o en esto que estoy haciendo queDiossabequees es gracias a mi profunda habilidad natural/¡artificial? de mantenerme en lo que algún desquiciado alguna vez llamo el punto Cero.
No creo tener la capacidad necesaria para explicar este concepto que bien podría haber surgido de algún esotérico texto derridiano. Básicamente es un concepto abstracto del cual cualquiera puede apropiarse y utilizarlo a su parecencia, parecer, o meramente a su gusto.
Para entender el punto Cero se debe estar en él. Si usted nunca tuvo este honor no me atreveré a pedirle que abandone esta lectura pero si que repiense todo lo valioso que podría estar haciendo mientras pierde el tiempo tratando de entenderme.
Me dirigí por Carlos Calvo hacia el lado del bajo. Necesitaba escapar de ese aire viciado. El alcohol me había brindado una paz ciertamente extraña, ajena quizás. Llegando a Paseo Colon tuve la sensación de que no debería estar allí en ese momento, que no seria capaz de transgredirlo. Era como si la música me hubiese estado persiguiendo, alentándome a volver a algún antro donde pudiera estar seguro. La esquina me resultaba amenazante, una especie de abismo plano que me abandonaría a la verdadera noche.


La incertidumbre de lo conocido
Una voz sutil que susurra ininteligible
..................agazapada sobre las baldosas
.............................Ansiando mis p i s a d a s

Encendí el cigarrillo, mire hacia atrás y me dirige tembloroso hacia ella. Una vez allí, era nuevamente yo. Bueno, alguno de mis tantos. Pero básicamente el mismo. A veces tengo la extraña impresión que se produce una fragmentación a cada giro, a cada paso. Algo se desprende de mí y huye hacia la penumbra. Un proceso de despojamiento conciente pero inevitable que me desnuda prolijamente.
Mi atención se desviaba constantemente en el caminar de aquellos que aun marchaban seguros, vestidos, inconscientes tal vez. No repare en él cuando me senté en el borde de la plaza. Me encontraba abstraído sorbiendo mi nuevo vaso de cerveza, escuchando las escenas románticas que tenían lugar sobre el río. Los árboles detrás se inclinaban sobre mí, comenzaba a sentirme realmente inquieto. No es que no formara parte del paisaje cotidiano pero no tenia la seguridad de estar en el lugar correcto. Nunca la tenía de hecho. Sin embargo no podía abandonar la creencia de que algo me vigilaba, una insólita paranoia racional ilógica que bajaba por mi cuello tensándome los músculos. Como si las ramas me aferraran hacia el interior de la plaza, buscando tomar una parte de mí, reclamando aquello que les pertenece.
La situación comenzó a tomar claridad. Sabía que llegaría por mí en cualquier momento. Sabía que me devolvería a la seguridad de mi habitación. Sabía que me dejaría respirar por un tiempo aunque ya no con tanto aire. Lo que no sabía es que se encontraba a mi lado, temblando silencioso bajo una asquerosa frazada. Haría lo suyo, nada más. Y yo le estaría agradecido. Estaría de hecho en deuda con él. Sus ojos me miraban con desconfianza, se develaba lentamente entre la oscuridad levantándose en silencio. Nos miramos por un instante con un cierto temor, alejándonos de las voces hacia un espacio extraño, otro.
Lo oía aspirar mi cigarrillo paciblemente. Me limitaba a tomar con la vista perdida entre los edificios. Si, me había alejado demasiado. El lo sabía tan bien como yo. No le di tiempo de decir nada. No hacia falta, ya estaba hecho.
Di un salto y camine pacientemente sin mirar atrás. Necesitaba volver. Tal vez bajo las luces de Corrientes me encontraría nuevamente en mi lugar. Lejos quedaba él, la barra numerada, cerca aguardaba la certidumbre de la neutralidad.

viernes, 20 de junio de 2008

Creo que he abrazado a la locura...Sólo quiero poder hablar! ………………………………? Lo etienden?

sábado, 14 de junio de 2008

Diario de guerra

Me desperté sobresaltado. El sudor me recorría por todos lados. Sabía que no podía ser él. No, estaba en su lugar. Sin embargo no pude evitar pensar en ello el resto de la noche hasta que el sueño logro vencerme. Las pesadillas me abandonaron esa noche.
Mi intranquilidad fue creciendo con el correr de los días. Sentía que el estado de paz había por fin cedido. La idea de tomar alguna de mis cosas de su lugar me aterraba. Había dejado de ser una línea imaginaria. Si, estoy seguro que el límite había sido transgredido. Ya no me encuentro solo, él está ahí, presente en todo momento. Puedo oírlo hurgando entre mis cosas, o por lo menos entre las que solían ser mías. Puedo sentirlo en la noche, expectante, vigilándome en silencio.
Ya no recuerdo cuando fue la última vez que cerré los ojos. Me acerco cauteloso en la mañana hacia la frontera que el escritorio dibuja, tratando de descubrir sus intenciones. Lo busco por encima de la maquina de escribir en un vano esfuerzo por ver lo que sus ojos revelan. Noche tras noche planificando mi ataque. Cartografiando en mi mente el campo de batalla. Escudriñando los muebles entre la sombra prediciendo su inminente ofensiva.
Ya no somos indiferentes, dejamos de ser el otro. Su insoportable paciencia es cautivadora.
Lo onírico ha dejado de formar parte de mi memoria. Camino frenéticamente dando círculos sobre mi mismo. Pero mi espacio ya no esta intacto, en que momento me transforme en el huésped, en el mero visitante?
La paranoia comienza a apoderarse de mí. Si, puedo ser conciente de ello. Mi mente, mi cuerpo, ya no son los mismos. Talvez sea hora de irme.
No soportaba la idea de su triunfo, no podía irme así sin más. Qué era lo que pretendía? Porqué demonios no me iba y lo dejaba allí? Cuando dejó de depender de mí? Cuando pase yo a depender de él? No lo se. Afortunadamente se acerca el final. Puedo sentir su respiración al borde de mi cama. Las paredes comienzan a cerrarse sobre mí. Sus frías manos acarician mis piernas, no necesita una sola palabra. Mi cuerpo desnudo parece hundirse entre las almohadas.
Si tan solo lo hubiera escuchado antes de levantar el muro.

martes, 10 de junio de 2008

Ver.

Caminando, apurado y tratando de "llegar a tiempo" a X lugar, esa costumbre...

No, prefiero dejar para otro lugar este aspecto de personalidad.

Caminando y repasando las veredas con la vista me cruza una veterinaria, antes de eso: Cerrajería, supermercado chino, ropa, farmacia....Peceras, sí..., peceras llenas de aire enviciado con aserrín y conejos, hámsters, coballos. En ese momento y al ver el pequeño límite de su mundo pensé lo poderoso que puede ser tener memoria y razón, al tratar de ponerme en el lugar de cualquiera de esos animales pienso que infeliz sería, a lo que un veterinario charla de por medio podría alegar: - Nooo...Nacieron en este hábitat, no conocen otro- , o , -no tienen conciencia de lo que los rodea, soltarlos seria volverlos locos.-

¿Hasta donde es discutible esto?

Lo único que tengo bien afirmado es que en muchos ejemplares, humanos, veo cierto perfil....Animal.

¿Cómo hacemos para determinar que nos movemos y creemos lo que tenemos capacidad de visualizar?

Yo estoy seguro que en un periodo de tiempo no voy a seguir en esta "pecera", porque puedo ver mas allá de mis "paredes o vidrios"...con los otros ojos..., pero, ¿es cierto esto?, ¿Verán otros el límite?. Si lo vemos, ¿es por eso que estamos siempre quebrando el orden de nuestro sistema?.
En cambio si no lo vemos, ¿es por eso que estamos felices cumpliendo una función en la sociedad justa ordenada y evolutiva, a su DISPOSICIÓN?
.......
Sin palabras

........

Solo sé que iba apurado, tratando de "llegar a tiempo" a X lugar, por esta puta costumbre de no conformarme con mi pecera, viendo como un extraño ser pasa apurado por mi vidriera, con actitud determinante, mirándome con cara de pensativo...


F.V.

sábado, 7 de junio de 2008

La tranquilidad de ser la cuenta y no el resultado.

Como avanzar en un terreno de víboras, como explicarlo. Como poner en papel (pantalla) el sentir hambre por ver tu verdad en lo real, lo palpable, lo de siempre. Como justificar tu accion, motivar tu trabajo y poder disfrutar del fruto sin morir en el árbol.
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¿Como?
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Nosotros estamos escribiendo o leyendo un papel (pantalla), existimos... fuera de nosotros y el papel o pantalla hay un entorno, cerca puede haber vacío, personas, objetos, vicios, etc. Lejos algunos dirian que todo.
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¿Qué está demas? ¿Qué responde a mi sed y qué esta por simple añadidura, casualidad o simplemente estar?
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Si leemos somos conscientes que elegimos hacerlo, así como elegimos abrir los ojos y no tirarnos de un edificio, Si estamos, podemos ser o no; desde ser a no ser hay una larga distancia en donde se ubica la mayoria de nosotros.
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¿Que creemos posible y en que medida podemos quebrar el estado estático?
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Si vemos una flor estamos creyendo en una concepción, en un hecho visual y en una aceptación de las dos cosas, o una creencia en tales. Si desechamos el hecho visual y nos mantenemos con las otras dos posturas estamos creyendo posible el existir de una flor, si prmero elaboramos una concepción de lo que nos importa, y despues aceptamos el hecho de la veracidad y la posibilidad de que sea real, estamos creyendo y tenemos la verdad en nuestras manos, no sabemos si la flor va a ser vista por nosotros hoy, mañana o pasado, pero sabemos y no nos preocupa que no la veamos hoy. En el fondo de nuestro corazon y nuestra mente sabemos que si vamos al campo o nos metemos dentro de él vamos a encontrar esa flor.
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¿Cómo hacemos para tener el convencimiento?
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Si nos preguntan el destino de nuestro cuerpo el dia que el corazon deje de latir la mayoria vamos a decir que morimos, estamos convencidos de que eso es asi, aunque nadie se pone a prueba. El convencimiento hace que una persona actúe hacia un sentido y con la cabeza libre de simplezas. Sin necesidad de visualizar el fin del camino, sino haciéndolo de a poco. Uno es nada, y en la nada abunda la riqueza, a tal punto que el todo se disfraza confundiendo a los seres prejuiciosos, el hombre abunda en muchas cosas, solo que cree en la nada, en el vacio, en lo inferior, tomamos modelos que no existen como tales, nos dejamos afeitar por la peor maquina, la de la vergüenza. Si nos sacaran el freno por un momento seria todo un caos, porque todos explotaríamos manchando al otro, aunque bien nos haria una desajustada general, solo para ir sin pensar en el que diran, sin prejuicios, sin mutilaciones, sin represión, sin muerte, sin silencio.
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Estamos en nuestro mejor paraiso.
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¿Que hacemos con eso?


F.V.

jueves, 5 de junio de 2008

para pasar un mal momento

Ahora había estado un poco deprimido, aunque mañana estuve un poco mejor y aprendí que los tragos amargos no queda otra que pasarlos, que hay que aceptar que uno es lo que es con todo lo malo que le pasa, y pasado mañana siento que ya fue, que la vida es un discurrir constante y que ahora era un desconocido en mi tristeza.

miércoles, 4 de junio de 2008

La poesìa conduce al mismo punto que cada forma del erotismo, a la indistinción, a la confusiòn de los objetos distintos. Nos conduce a la eternidad, nos conduce a la muerte, y por la muerte, a la continuidad: la poesìa es la eternidad. Es la mar ida con el sol.

Georges Bataille