miércoles, 13 de agosto de 2008

Del Ser al No Ser... Un Mito del Día y su Noche

Cuando el día, quien en un revés de luna vio asomar las plateadas crines de la noche, la persiguió por todos los horizontes que encontró para que la dejara abrazarla, para que la dejara amarla, cada crepúsculo agoto y en cada amanecer su llanto grito.
A la luna le imploro, a el sol le rogó, pero él era luz, y la noche, su gran amada, tan solo una bastarda de la oscuridad.

Sin poder resignarse, el día, en los albores de una de sus llamas, asomo una circunferencia, donde pequeñas formas desbordadas de existencia, levantaron unos pequeños espejos glaseados ante él, y ahí sorprendido vio su reflejo... se vio y ese era él, no tan solo un reflejo, era esa búsqueda, ese sin encontrar, esa lejanía, esa soledad, esa eternidad descuartizada en efemeridad. Finalmente cuando esos espejos glaseados le reflejaron a su amada noche, ella al verlo rechazó su amor, rompió los espejos glaseados e hizo de aquellas formas vagar ciegas por esa circunferencia, sin sentido, sin razón, una nada de espejos glaseados rotos repitiéndose cada vez que el día los repetía para espiarla, y ella otra vez los rompía.....

Con el tiempo esas formas hicieron promesas, alabanzas, poemas, ciencias y realidad, se olvidaron de su destino, y creyeron que tenían uno propio. Encontraron su forma de repetirse, el día se resigno, la noche de todo se olvidó y la circunferencia siguió girando con formas de espejos glaseados rotos agachadas en su insignificancia, caminando, caminando siempre cuesta abajo....

....Eran tan solo figuras enfrascadas en un cm de perspectiva al borde de la región subliminal de sus propios sentidos.

2 comentarios:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

"La noche, tan solo una bastarda en la oscuridad"
Debe ser una de las mejores frases de todo el blog, si no la mejor.
Felicitaciones. Después te escribo un posteo un poco más largo. Me gustó mucho.
M.

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Realmente brillante!! de lo mejor que lei en la página. Hay muchas formas de expresar nuestra existencia, cientos de imagenes, pero tan creativas y a la vez tan verdaderas, pocas.
Somos meros elementos buscando eternamente una función. Pequeños fragmentos que perecen ante la desilución de perderla e incapaces de reencontrarla. Si, simplemente insignificantes, obsoletos, tan solo caminando, aunque no fijaría una dirección, caminando nada más. Seres que quizas nunca fuimos, desbordando la existencia y la no existencia, perdiéndonos sin rumbo por entre medio.
El punto cero dirían algunos.

Pablito