viernes, 28 de noviembre de 2008

El pibe.

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El pibe que vive bajo la autopista, pobre, como su cachorro. Es molestado por el collie de pelaje brillante de darle comida buena, atado al viejo que está gordo de buena comida. Las manos sucias, la remera rota, las frutas podridas que ayer le dio el boliviano de la esquina. El collie huele, mueve la cola, salta. El viejo no se acerca para no manchar el traje por si la mujer lo encuentra sucio, ya lleva sucia la camisa de ensalada de fruta, pero no lo sabe. La otra mujer mea en la plazoleta bajo la autopista, el nene juega con palitos de helado y danoninos vacíos en el tacho de basura, que hace de arenero. El sol incomoda; al nene, que pasa la mano por toda su cara maquillándose de pobre. A la otra mujer, que mea y transpira con olor a meo. Al que duerme (el pibe) con resaca de vinos y hambre. Al cachorro, que moja al que duerme, con la lengua afuera, babeando. Al collie, que es alérgico al calor excesivo por ser raza pura, enfermizo. Al viejo, que el saco lo está cocinando y los calzoncillos, buenos y gruesos, le están apretando los huevos. A su mujer, que está en la terraza leyendo la viva, bronceándose las tetas porque las cosas en su país están bien.

F.V.

2 comentarios:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

simple pero muy expresivo. me gusta como se fusionan los elementos. No se si literariamente es un gran texto pero refleja muy bien la condición actual, sobre todo el final, me parece muy acertado. Ese alejamiento de golpe del espacio de la pobreza hacia una terraza donde eso no se ve, sólo se ven las trivialidades chulas en una revista.
Está bueno fran

Pablito

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Bueno, ya te lo dije personalmente. Me gusta. El encuentro de dos mundos disímiles que están ahí, más cerca de lo que ellos mismos creen. Escrito en una prosa poética que no pretende más que bosquejar los lineamientos básicos de algo que queda en el aire. No hay historia, no hay final, no hay trama, sólo elementos que reflejan una contradicción, todos en presente para marcar la simultaneidad.
Fernando