viernes, 28 de noviembre de 2008

Las guerras y el hombre

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Centro de la escultura.
A través de aviones, bombas.
El ombligo es similar a la cámara de gas.
Los brazos quieren acunar a un mundo devastado.

El escultor convive con sus miedos.
De a poco, cincel y vino.
Su esposa ya no lo toca.
Sus amigos dejaron de visitarlo.

Perfil ¾ izquierdo:
Los pómulos asoman como los amaneceres,
rojos de sangre
Los ojos traen esperanza como la Italia post-guerra.
La boca se abre al estilo alemán.

Extremidades:
Las rodillas se quiebran como el último dictador.
La antepierna, oculta como vietnamita.
Su sexo sutil denota engaño y violaciones.
La pelvis quiere sentir aunque sea algo de calor.

El martillo quiebra el talón,
esa es su cicatriz.
Sobre el altar, la guerra en el hombre.
El vaso ya vacío.
La obra que el mundo olvida, como el hambre.

F.V.

3 comentarios:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Creo que es la mejor construcción literaria que subiste hasta ahora.
La guerra y la devastación como marcas del cuerpo, atravesándolo, surgiendo de él quizás.
Después de todo es la guerra que comienza en el hombre y finalmente acaba con él. No es más que una construcción, una escultura que el artista crea buscando la perfección. Imagino por lo que el poema expresa a esa escultura, representante del hombre y la guerra, olvidada en algún salón, solitaria, desmoronándose como el hombre y la esperanza, corroida por el tiempo y el olvido.
Muy bueno.

Pablito

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

El escultor que todo lo abarca. Su afan de totalidad devastado por el paisaje que se extiende derruido ante sus ojos. El texto denota, según veo yo, obsesión por el detalle: la forma de los pómulos, el estadode las rodillas, la entrempierna vedada. Es lo que deja la guerra, la obsesión por saber que ocurrió allí, en medio de la nada.
La escultura está abandonada y es la esfinge de la guerra que le ha pasado por encima: no habla, no come, no coje, no nada. Solo contempla impasible y en sus rasgos remite a la existencia de un escultor olvidado, carcomido por su propia obra.

Matías.

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Me gustó mucho Fran. Es la figura trastornada del desastre. El cuerpo mutilado textualmente en la descripción de cada una de sus partes: ombligo, brazos, pómulos, ojos, boca, rodilla, antepierna, pelvis, talón…todo destruido y caóticamente mezclado como en la guerra, "La obra que el mundo olvida, como el hambre". El abandono, la soledad, las ansias de acunar a un mundo desvastado, irrecuperable. Un cuerpo lleno de cicatrices entregado en un altar de sacrificio. Un sacrificio inútil. Eso es la guerra.