viernes, 21 de marzo de 2008

Los sollozos llegan como ecos atravesando el muro mohoso. Puedo imaginarlo, si claro que puedo. Es lo unico que aun puedo hacer. Dibujo una ventana en la pintura. La veo llorar reprimiendo sus lagrimas, allí, desnuda en el cemento humedo, frio. Puedo percibir su temblor debajo de mi, o tal vez es el rasgar de mis uñas.
No son mis ojos quienes me proporcionan las imágenes mas desgarradoras. Ya no me hacen falta en realidad. Puedo ver a traves de la oscuridad, puedo ver todo mi entorno. Ya no puedo verme a mi mismo. Esos gritos ¿son gritos?. Si. Puedo sentir el fulminante silbido llegando débilmente a mis oidos. Falta poco para mi turno.
Ya no quiero salir. Si hubiese podido volar, tal vez. La hubiese tomado de la mano suavemente, hubiese cruzado sobre los peldaños con mi inmortal impunidad. Simplemente habria desaparecido entre las nubes, entre la luz.
Tan solo me resta esperar. Si, he llegado a amar este espacio que me mantiene seguro por un misero par de minutos. En algun vestigio de mi memoria queda aun la imagen del cuarto oliendo a cigarrillo, desbordado del blues de un maltrecho tocadiscos. Descubriendo su risa entre el vaso de whisky.
Era solo otro refugio, no muy diferente a estas miserables paredes. Si, definitivamente se acercan. El llanto se ahoga entre el vaiven de sus botas. No era el lugar, claro que no. Hubiese sido la utopia mas deseada de solo poder volar a su lado.

1 comentario:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Estaba releyendo algunos textos y el tuyo me atrajo de repente y me dieron ganas de hacerte una crítica a más de un mes de su pubicación. Es terrible que termine con esa última oración. La oración en sí no está buena, pero está peor si termina la narración con ella. Es en texto realmente muy bueno. Tendrías que continuarlo.