lunes, 14 de abril de 2008

Ciudad feliz...

Espera...
Sólo un poco.
El viento va, cambia.

Aunque no podamos hablar.
Aunque olvidemos todo.
En algún lugar estamos. PERFECTOS.

Tus ojos, los que voy a llevarme.
Así como tu amor,
dispara sin darme tregua.
No te perdés, siempre mi alba,..... simpre...............silp.....simple.

Por más que reniegue del tiempo,
la flor fue...(hoy es mi(el) dulce).
Como el vino que recién nació en mí,
las agujas corren y te hacen dormir.

La mesa, el vino, tus manos.
Mis lágrimas, tu olvido, el viento.
Todo se vuelve piedra...
todo el camino.

F.V. frío

1 comentario:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Hay muchas cosas para rescatar en este poema. Voy a mencionar sólo una: "Todo se vuelve piedra.../todo el camino". Creo que es un buen ejemplo de cómo una frase sencilla y una repetición afortunada provocan un efecto imprevisto (y eso que los nombres usados son "piedra" y "camino"). Seguí así nene. SAludos.