domingo, 13 de abril de 2008

La sanguijuela de la literatura moderna

A ver qué pelotudez dice alguien de esto que escribo. Un montón de inútiles que creen en el carácter revolucionario del arte.
- ¿Querés que cambie la sociedad? Si cambias el arte lo vas a lograr. ¿Querés que la gente tome conciencia de algo? Escribí sobre eso y la percepción de la sociedad sobre sí misma va a cambiar.
Todas pelotudeces. El arte no mola nada. La literatura no mola nada. Yo en este momento escribiendo no soy más que un mamífero desperdiciado intentando hacer gala de habilidades mentales que me sobran, boludeando en vez usarlas en cosas verdaderamente útiles. Y para colmo la sociedad lo justifica y dice: “Los escritores son necesarios. El arte hace la vida mejor. La literatura ayuda a distendernos. Escribí un par de hojas de taradeces y toda la humanidad te va a pagar lo que un médico, un investigador o un constructor no gana para que te llenes la panza diciendo que lo tuyo no es una inspiración momentánea que todos los seres humanos pueden crear con un poco de dedicación, sino que es algo profesional y que todos deben aplaudirte cuando hables porque seguramente vos usás mejor el lenguaje que cualquier otro grupo humano porque vos precisamente te dedicaste a tejer con él el telón que tapa la realidad y la complejidad que implica llegar a ser uno de aquellos que sí hacen algo para que la raza humana sobreviva.” Ojalá mueran todos. ¿No les da vergüenza? ¿Es que acaso se consideran todos niños aún jugando bajo la protección de la inocencia?
Mientras tanto yo me encargo de cagarlos a todos. Mientras piensen qué palabra queda mejor en su manifiesto, yo estaré robándoles sus patrimonios. Mientras escriban sus obras, yo estaré promoviendo los derechos de autor que acabarán por incomunicar a la mayoría con sus potenciales lectores. Realmente los odio a todos. Ahora que la Internet existe los odio más. Si quieren hacer gratis lo que me mantiene pelearé con toda mi fuerza. Convenceré a los más exitosos para que hagan juicios. Son tan tarados que se creerán el cuento de que lo que hacen vale plata y tiene derechos entre los que se cuenta el derecho a la copia. Aniquilaré a quienes crean que el arte puede reproducirse gratuitamente. Y si no puedo pelear contra eso programaré virus que destruyan sus computadoras. Y vos que esperabas leer esto por el placer estético de una obra, ojalá te pudras.