jueves, 4 de septiembre de 2008

deconstrución afectada

Una más de tantas tardes, cuando pasaban horas tirados en la cama leyendo Hölderlin o cuando le contaba sobre estudios esquizo-analíticos que quería practicar con ella.
Un momento absurdo: ella sentada en la cama, con la cara apoyada entre sus rodillas, viéndolo caminar. Viendo cómo se acaban los cigarrillos en una habitación de 3x4, conciente de que lo único que el hombre tiene es tiempo.

1 comentario:

COLECTIVO TEXTUAL dijo...

Si lo único que el hombre tiene es tiempo entonces basta con decir que lo hemos perdido para definir la pérdida del todo. Coincido y creo que está muy bien desarrollada esa pérdida.
De la indeterminación de una tarde cualquiera hacia la nada, y de ésta al tiempo, que es todo, pero que se nos escapa...devolviéndonos a la nada. está muy bueno.
Sin embargo el tiempo sigue allí, y nosotros en él, o mejor quizas no somos más que uno los dos. El tiempo es subjetivo, de más está decirlo, pero existe algún tiempo desde el cual relativizamos. Y la indeferencia con este tiempo común es la que nos conduce hacia la nada, hacia el no-tiempo.

Pablito